Como profesor de secundaria, creo que el bilingüismo que se está
implantando en el actual sistema educativo resulta destructivo para las
asignaturas impartidas en inglés, que son sacrificadas en aras del
aprendizaje del idioma.
La perversión en los objetivos pedagógicos es tal que ya alguna
editorial está anunciando manuales de Historia, Ciencias Naturales,
etc., en español, pero adaptados a la enseñanza bilingüe. Curiosamente
la única diferencia con los otros libros de texto es la drástica
reducción de contenidos. Y es que un docente que tenga que impartir en
lengua inglesa, por ejemplo, Historia, debe acometer un doble trabajo,
el de transmitir unos conocimientos y el de hacerlo en una lengua
extranjera. Por no hablar del doble esfuerzo del alumno. En estas
circunstancias, al dividirse las fuerzas, quien más va a perder es la
asignatura. Es posible que con este sistema el alumnado aprenda inglés,
pero al muy alto precio de una progresiva debacle cultural.
Los que nos dedicamos a la enseñanza constatamos una creciente
dificultad en el alumnado a la hora de comprender los conceptos
específicos de cada disciplina. Hay ya importantes problemas entre los
adolescentes a la hora de manejarse con su propia lengua. Entiéndase
pues, que las dificultades se multiplicarán al intentar comprender esos
mismos conceptos en otro idioma.— Luis Alonso Somarriba.

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