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miércoles, 4 de abril de 2012

Dos idiomas


Hoy en día es fundamental para cualquier persona saber al menos dos idiomas -sobre todo si la lengua materna no es el inglés- para poder moverse con soltura fuera del país y, en muchos casos, conseguir un buen trabajo. La mayoría de educadores están de acuerdo en que cuanto antes se empiece a estudiar un idioma, más fácil y rápido será. La educación bilingüe, bien a través de los padres, o bien mediante un colegio bilingüe es una buena opción. Descubre las ventajas e inconvenientes de este tipo de educación.

Para tener una educación completa y salir preparado al mundo laboral, es imprescindible saber al menos dos idiomas (el materno e inglés). Por eso, es necesario ocuparse de que los colegios o centros educativos dispongan de una buena oferta de lenguas extranjeras. En los últimos quince años se ha ido adelantando la edad de inicio para aprender un idioma en el colegio. Si antes los niños no empezaban hasta los 10 años, ahora la nueva ley educativa (LOE) adelanta la enseñanza del inglés a la etapa de educación infantil.

También está creciendo la oferta de colegios bilingües, no sólo privados sino también públicos, como el medio más adecuado de que los niños dominen varios idiomas desde pequeñitos. A pesar de que pueda parecer confuso enseñar a un niño a hablar simultáneamente dos lenguas, lo cierto es que la mayoría de educadores insisten en que cuanto antes comiencen los pequeños a aprender una lengua, mejor podrá asumirla como propia y llegar a ser realmente bilingüe.

A juicio de la doctora Laura-Ann Petitto, directora de la investigación sobre la educación bilingüe en la Sociedad Americana de Neurociencia, cuando los niños son expuestos desde muy temprano a dos lenguas diferentes, “crecen como si tuviesen dos seres monolingües alojados dentro de su cerebro”. Petitto explica que, a diferencia de los que se podría temer, “no se produce ningún tipo de contaminación lingüística ni retraso en el aprendizaje”.
Contrariamente a lo que aseguran algunos expertos, defensores de retrasar la exposición a la segunda lengua hasta que el niño no tenga un firme entendimiento de una lengua primaria, Petitto y su equipo defienden el bilingüismo precoz.

Es sabido que los niños pequeños pueden aprender un idioma más rápido y más fácil que los adolescentes o los adultos, por eso no es mala idea hablarlo en casa, ya que mientras más escuchen y usen un idioma, más rápido lo aprenderán. Los niños ofrecen menos resistencia a entender mensajes sencillos en otros idiomas y a reproducirlos poco después, así como a imitar otros sistemas fonológicos. Así lo explica Elvira López, Directora de Comunicación de los Colegios Brains: “nuestros pequeños viven con la mayor naturalidad, sin dramatizar en absoluto el proceso, más bien al contrario, jugando y sin ninguna de las dificultades que los adultos de hoy día recordamos haber atravesado, quizás por un planteamiento muy equivocado de la forma del aprendizaje, tanto en lo que se refiere a los tiempos como en la metodología apropiada para ello”.
El proceso de aprendizaje posee tres fases:

• 1ª etapa: El niño bilingüe construye una lista de palabras igual que hace el niño monolingüe, con elementos de ambas lenguas. Existe una confusión inicial de las dos lenguas.

• 2ª etapa: Las oraciones comienzan a incluir dos o tres elementos, usando léxico de ambas lenguas dentro de la misma oración. Esta cantidad de oraciones mixtas se sitúa alrededor de un 30% al principio del tercer año y van disminuyendo rápidamente hasta llegar a un 5% a finales de ese año.

• 3ª etapa: A pesar del crecimiento del vocabulario en cada lengua se utilizan las mismas reglas gramaticales para ambas y dichas reglas divergen al inicio del cuarto año, en el cual el niño sabe que las dos lenguas no son la misma.





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