Hoy en día es fundamental para cualquier
persona saber al menos dos idiomas -sobre
todo si la lengua materna no es el inglés- para poder moverse con soltura fuera
del país y, en muchos casos, conseguir un buen trabajo. La mayoría de
educadores están de acuerdo en que cuanto antes se empiece a estudiar un
idioma, más fácil y rápido será. La educación
bilingüe, bien a través de los padres, o bien mediante un
colegio bilingüe es una buena opción. Descubre las ventajas e inconvenientes de
este tipo de educación.
Para tener una educación completa y salir preparado al mundo laboral,
es imprescindible saber al
menos dos idiomas (el materno e inglés). Por eso, es necesario
ocuparse de que los colegios o centros educativos dispongan de una buena oferta
de lenguas extranjeras. En los últimos quince años se ha ido adelantando la
edad de inicio para aprender un idioma en el colegio. Si antes los niños no
empezaban hasta los 10 años, ahora la nueva ley educativa (LOE) adelanta la
enseñanza del inglés a la etapa de educación infantil.
También está creciendo la oferta de colegios
bilingües, no sólo privados sino también públicos, como el medio más
adecuado de que los niños dominen varios idiomas desde pequeñitos. A
pesar de que pueda parecer confuso enseñar a un niño a hablar simultáneamente
dos lenguas, lo cierto es que la mayoría de educadores insisten en que cuanto
antes comiencen los pequeños a aprender una lengua, mejor podrá asumirla como
propia y llegar a ser realmente bilingüe.
A juicio de la doctora Laura-Ann Petitto,
directora de la investigación sobre la educación bilingüe en la Sociedad
Americana de Neurociencia, cuando los niños son expuestos desde muy temprano a
dos lenguas diferentes, “crecen como si tuviesen dos seres monolingües alojados
dentro de su cerebro”. Petitto explica que, a diferencia de los que se podría
temer, “no se produce ningún tipo de contaminación lingüística ni retraso en el
aprendizaje”.
Contrariamente a lo que aseguran algunos expertos, defensores de
retrasar la exposición a la segunda lengua hasta que el niño no tenga un firme
entendimiento de una lengua primaria, Petitto y su equipo defienden el
bilingüismo precoz.
Es sabido que los niños pequeños pueden
aprender un idioma más rápido y más fácil que los adolescentes o los adultos,
por eso no es mala idea hablarlo en casa, ya que mientras más escuchen y usen
un idioma, más rápido lo aprenderán. Los niños ofrecen menos resistencia a
entender mensajes sencillos en otros idiomas y a reproducirlos poco después,
así como a imitar otros sistemas fonológicos. Así lo explica Elvira López,
Directora de Comunicación de los Colegios Brains: “nuestros pequeños viven con
la mayor naturalidad, sin dramatizar en absoluto el proceso, más bien al
contrario, jugando y sin ninguna de las dificultades que los adultos de hoy día
recordamos haber atravesado, quizás por un planteamiento muy equivocado de la
forma del aprendizaje, tanto en lo que se refiere a los tiempos como en la
metodología apropiada para ello”.
El proceso de aprendizaje
posee tres fases:
• 1ª etapa: El niño bilingüe construye
una lista de palabras igual que hace el niño monolingüe, con elementos de ambas
lenguas. Existe una confusión inicial de las dos lenguas.
• 2ª etapa: Las oraciones comienzan
a incluir dos o tres elementos, usando léxico de ambas lenguas dentro de la
misma oración. Esta cantidad de oraciones mixtas se sitúa alrededor de un 30%
al principio del tercer año y van disminuyendo rápidamente hasta llegar a un 5%
a finales de ese año.
• 3ª etapa: A pesar del crecimiento
del vocabulario en cada lengua se utilizan las mismas reglas gramaticales para
ambas y dichas reglas divergen al inicio del cuarto año, en el cual el niño
sabe que las dos lenguas no son la misma.

No hay comentarios:
Publicar un comentario